El paradigma de los cuidados en la dinamización de grupos (Parte 2)

En la primera parte del paradigma de los cuidados en la dinamización de grupos os hablaba de los cuidados y autocuidados en el entorno laboral. En esta ocasión, quiero que pongamos el foco en la necesidad de generar soluciones colectivas, partiendo de las necesidades tanto individuales como del propio grupo.

El paradigma de los cuidados y la dinamización de grupos

Cuando hablamos de trabajo para grupos, se nos olvida pensar que son grupos de personas. Uno de los errores más comunes en el sistema de trabajo con grupos es obviar la singularidad de cada uno y cada una.

Al realizar este trabajo directo con grupos, lo primero que hago es disponerme a conocer las propias necesidades individuales. Y desde ahí generar necesidades colectivas y crear soluciones colectivas. Esto provoca un bienestar de las personas. Porque se sienten identificadas dentro de un grupo y pasan a ser conscientes de su pertenencia a ese conjunto de personas. Y esa pertenencia les va a dar la opción de poder establecer pautas que les ayuden a estar dentro y, por tanto, ser partícipes de la toma de decisiones. Los estados de bienestar y los estados de bien sentir dentro de los grupos.

Foto de krakenimages

Cuando un grupo se siente incomprendido, está descohesionado. Indica que el malestar emocional individual está estrechamente en relación con el malestar grupal. Todo esto tiene que ver con la falta de individualización de cada uno y cada una dentro de las dinámicas laborales. Y te preguntarás por qué me estoy especializando en la gestión de grupos y de la buena dinámica de los mismos. Porque una de las cosas que está sucediendo y que estoy viviendo a medida que voy trabajando y voy profundizando en este aspecto, es la falta de personalización y la falta de ganas de muchas personas y muchas empresas que trabajan a lo macro y se olvidan de lo micro. Quedando relegada la parte más humana de la productividad y alejando el marco laboral de un estado de bienestar que generarían estados productivos desde la felicidad, el desarrollo profesional y, por qué no, el personal.

Para poder aterrizar mejor esta idea, te voy a poner un ejemplo. Imagina que contratas los servicios de, pongamos, una gestoría y eres muy pequeñita en la facturación. Tus mensajes son los últimos que se contestan, siempre tienes que estar detrás de las personas para que te hagan caso, etc. En cambio, si eres un macro y tienes un montón de personas encargadas de llevar la gestión de tu facturación, esa gestoría te va a llamar a ti para ver qué tal estás. Y eso, pues, simplemente, hace que te sientas cuidado, cuidada.

Si lo trasladamos a lo que nos compete en este post, te diré que ocurre lo mismo con la gestión de grupos. Cuando un grupo es grande, y las personas no se sienten incorporadas dentro de los cuidados del sistema, lo que hacen es abandonar ese sistema. Por tanto, dejan de sentirse parte de este. Como harías con la gestoría que no te hace caso.

Foto de Ryoji Iwata

La propuesta de trabajo que llevo a cabo tiene que ver con bajar el paradigma de los cuidados al día a día de la empresa, de tu equipo. Para ello es importante conocer quiénes son las personas que lo integran para activar los puntos fuertes de cada una y cada uno y generar un espacio de trabajo desde la calma, el bienestar y la productividad. Desde un enfoque positivo donde favorecer a su vez un estado óptimo de salud mental, emocional y psicológica, pudiendo hablar de felicidad en los diferentes puestos de trabajo.

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